Lo de que "los años no pasan en balde", tristemente ha dejado de ser una frase manida y recurrente para convertirse en un hecho. Hasta hace unos años, he podido vivir normalmente con una lesión de rodilla que llevo arrastrando desde los 20 años. He practicado el deporte que he querido sin tener mi rodilla como lastre. Pero ahora la cosa ya no es así. Hace tres años me diagnosticaron que la lesión que tenía era rotura del menisco interno de la pierna derecha. Hay deportes que desde hace tres años se me antojan difíciles de practicar, como por ejemplo el fútbol sala o el esquí. Desde inicios de 2012 tomé la buena costumbre de salir a correr 2 ó 3 veces por semana. Suave. Y me sentía realmente bien.
Desde el concierto que ofrecimos en Black Rose de Burlada, el infierno se ha materializado en forma de impedimentos físicos. La misma noche del concierto, a la hora de cargar, sufrí varios bloqueos de la rodilla, hasta tal punto que casi no me permitían ni andar. Jamás me había pasado. He ido al especialista, y tras explorarme la rodilla me ha dicho que tengo bastante movilidad y que no debería operarme. La operación es lo último, ya que según me comentó, al quitar el menisco, se acelera el desgaste de los huesos desencadenando en una artrosis. Incluso me realizó una infiltración, sin resultados favorables aparentes.Desde entonces así me encuentro. Ya no sufro tantos bloqueos, aunque haberlos, haylos. Me da miedo comenzar a correr, no vaya a ser que me quede tirado por algún camino.
Así que si alguna vez me ves encima de un escenario, inmóvil, con cara de estreñido, y notas que algo no funciona, muy probablemente mi amiga rodilla haya decidido darme la noche.
Desde el concierto que ofrecimos en Black Rose de Burlada, el infierno se ha materializado en forma de impedimentos físicos. La misma noche del concierto, a la hora de cargar, sufrí varios bloqueos de la rodilla, hasta tal punto que casi no me permitían ni andar. Jamás me había pasado. He ido al especialista, y tras explorarme la rodilla me ha dicho que tengo bastante movilidad y que no debería operarme. La operación es lo último, ya que según me comentó, al quitar el menisco, se acelera el desgaste de los huesos desencadenando en una artrosis. Incluso me realizó una infiltración, sin resultados favorables aparentes.Desde entonces así me encuentro. Ya no sufro tantos bloqueos, aunque haberlos, haylos. Me da miedo comenzar a correr, no vaya a ser que me quede tirado por algún camino.
Así que si alguna vez me ves encima de un escenario, inmóvil, con cara de estreñido, y notas que algo no funciona, muy probablemente mi amiga rodilla haya decidido darme la noche.
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