De nuestra aventura extremeña ocurrida este pasado sábado, destacar en primer lugar el excelente comportamiento y trato de Raúl (y todo su equipo). Nuevamente volvemos a encontrarnos con personas que entienden y valoran el trabajo de los músicos que nos pateamos España en busca de un aplauso.
En segundo lugar, la poca afluencia de gente. Se le achaca al mal tiempo, y principalmente a los carnavales. Empieza a ser una constante el excusar de mil formas diferentes la escased de público. Cuando no toca Fito cerca, son carnavales, y cuando no, la crisis o "es que son malas fechas". Lo cierto, es que el grupo local que abrió el concierto podía haber hecho bastante más por aportar público. En un bolo anterior habían metido unas 100 personas. En esta ocasión no habría más de 10. El resto, clientela del bar, e igual algún despistado que vino de propio a vernos a nosotros. Lo positivo, que los poco que estuvieron acabaron contentos del espectáculo. Y es preferible 20 aplausos sinceros que 200 por inercia.
Se agradece por último la compañía de Michel, Raúl y la "gente del bar" (no recuerdo sus nombres), y sobre todo de Mimi, que se quedó con nosotros para guiarnos por la noche Cacereña.
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